EL LIBRO ROJO
AUTOR: FRANK GARCIA
EDITORIAL: Marré, produccions editorials, s.l., Barcelona, 2001.
El autor
Frank Garcia es uno de los grandes nombres de la magia estadounidense del siglo XX. Nació en 1927, y a lo largo de su dilatada carrera cultivó la mayor parte de las especialidades mágicas. Destacó por su magia de cerca y su cartomagia, por supuesto, pero de una manera especial también por sus manipulaciones de cartas. Creó varios movimientos que hoy llevan su nombre, y hoy son utilizados por todos los manipuladores del mundo (principalmente la «producción eclipse» y la «producción del millón de dólares», explicadas en este mismo libro) .
Nos dejó, tras tantos años de actividad mágica, en 1995. Sus libros fueron y son obras de referencia; incluso se dice que, cuando aparecieron, eran el complemento a Estrellas de la Magia, la otra biblia del cartomago. Los aficionados de habla hispana los podemos descubrir ahora, cuando ya forman parte de la historia y de la leyenda, pero nunca es tarde si la dicha es buena.
El libro
Hay que tener en cuenta que este libro fue escrito hace ya muchos años, y por lo tanto es distinto a las obras de cartomagia más modernas, en las que se desarrollan unas rutinas largas y complejas, en las que se encadenan los efectos y, además, se analizan numerosos aspectos teóricos de la magia, constituyendo por lo tanto obras más ambiciosas. Al contrario, García, más pragmático, va al grano. Explica sus rutinas e ideas con una considerable economía de medios. Es más, muchas ideas, que quizás no tienen cabida en una de las concretas rutinas explicadas, son apuntadas someramente, constituyendo de este modo una fuente de inspiración que exige a gritos ser tenida en cuenta.
No esperes, por lo tanto, encontrar aquí rutinas ascanianas, estudios tamarizianos o gobbianas enciclopedias. Son juegos simples, pero efectivos; lo que los profesionales llaman «juegos comerciales». Pero atención! Eso no quiere decir que no se puedan sacar buenas ideas de ellos, al contrario. Precisamente por haber sido escritos por un profundo conocedor de la magia, siempre se podrán encontrar en ellos ideas de la máxima utilidad.
El libro trata exclusivamente de cartomagia. Dividido en distintos capítulos, tras la inevitable presentación y la no menos omnipresente introducción, los capítulos de juegos son «Juegos de apertura», «Grandes trucos», «La carta ambiciosa», «Efectos con los cuatro Ases», «Selección de revelaciones» y «Jugando al póker».
Completan el libro un capítulo titulado «Las anotaciones de Frank García», otro titulado «Producción de cartas (back and front)», y para finalizar «Cómo hacer magia de cerca», con recomendaciones varias, «La receta del mago», y un listado de «Reconocimientos y fuentes de inspiración».
… sí, sí! Has leído bien! La receta del mago. Por lo que se dice en nota del editor, en la mayoría de sus libros Frank García incluía una receta de cocina (y realmente debe ser sólo en la mayoría, porque en la «Magia de sobremesa» recientemente editado no hay receta alguna!). Explica el autor que «no es posible practicar magia con el estómago vacío. Por mi parte cocinar me relaja, y si se hace bien obtienes otro tipo de aplausos. Hay momentos en que es conveniente alejarse del trabajo. Para estos momentos esta receta será muy importante y… al menos comes.» Di que sí, Frank! Y entonces, va y nos cuenta cómo se prepara un exótico, original y nunca antes imaginado «Arroz con pollo»… Frank, podrías haberte esforzado un poco más, no?
Tampoco importa demasiado. Nadie comprará este libro por la receta, incluso me atrevería a decir que muy pocos estarán por la labor de realizarla. Y sin embargo, como detalle simpático está bien. Pues ya está.
Las ilustraciones son de Al Cooper. No te engaño, no son como las de Luis H. Trueba, ni siquiera son abundantes, y en más de una ocasión se echa en falta alguna ilustración que facilitaría mucho la comprensión del texto. No podemos olvidar que se trata de un libro escrito hace muchos años, y no le podemos pedir lo que por aquel entonces no existía.
Las explicaciones, por su parte, son suficientemente claras en casi todos los casos. En algún momento es necesario leer varias veces alguna frase (aunque eso pasa con todos los libros, con contadísimas excepciones). La traducción, eso sí, quizás no ha sido tan cuidada como el libro merece. Mejor que en «Magia de sobremesa», sin duda, pero aún así creemos que valdría la pena prestarle un poquito más de atención. Ricardo, confiamos en ti!
El contenido
Además de las rutinas, que seguidamente comentaremos, interesa destacar un par de aspectos más de este libro que lo hacen peculiar: además del apartado gastronómico que constituye la receta de cocina, podemos encontrar un capítulo con breves consejos acerca de «Cómo hacer magia de cerca». Ocho consejos que expresan verdades como puños, del primero al último. Reglas de oro que no deberían abandonar nunca nuestro quehacer mágico.
Un capítulo titulado «Las anotaciones de Frank García» recoge ideas variadas sobre cartomagia. Desde apuntes sobre la mezcla Zarrow, hasta añadir una carta a una mano de póker, a base de puro morro. Ideas variadas de interés variable. Pues eso.
Por último, en el capítulo dedicado a las manipulaciones de cartas el autor explica las dos que ha inventado él, y que ya hemos mencionado anteriormente. El manipulador iniciado las conocerá sin duda, aunque nunca está de más recurrir a la fuente que las originó. Jeff McBride, sin ir más lejos, realiza y explica las dos en sus famosos vídeos de manipulación. Nada que ver con la cartomagia de cerca que ocupa el resto del libro, pero no deja de ser magia de la más alta calidad.
Y llegamos ¡por fin!, a las rutinas. Son muchas las que se explican, separadas en distintos capítulos. Las hay mejores y peores, no nos engañemos. Las hay fáciles y menos fáciles. Las hay inteligentes y … no diremos tontas, pero quizás sí simplonas, por qué no? Las hay totalmente anticuadas hoy (Precisión milagrosa, que venga Tamariz y lo lea!), pero aún así son muchas las que revisten interés.
Algunas técnicas son explicadas entre un efecto y otro, en apartado separado, como el doble lift y el doble corte por debajo (te recuerdo que es la traducción de un libro escrito hace muchos años…!). A parte de eso, muchos son los efectos que merecen el máximo interés.
No todos son del propio García. Incluso al final del libro dedica un apartado a reflejar «Reconocimientos y fuentes de inspiración», y son muchos, como suele ser habitual, los nombres que aparecen. Da un poco la impresión (y probablemente me equivoque, pero es la impresión que me da), que la gran mayoría de los juegos no son del autor, sino prestados de otros magos. No tiene eso demasiada importancia, sea quien sea su creador, su calidad es alta, de modo que no vamos a quitar méritos a Frank Garcia, pues su reputación de excelente cartomago es más que merecida.
Juegos de apertura: En este capítulo, destaca ante todo y sobre todo el que es, probablemente, el efecto más popular de todo el libro: la Apertura Chicago. Hoy es un clásico entre los clásicos. Vicente Canuto la llama en su libro La dama que se ruboriza, y el doble efecto en el que dos cartas escogidas por los espectadores cambian el color de su dorso nunca dejará de ser una rutina maravillosa. Dice García al final del libro que es una versión derivada del efecto que Frank Everhard hizo en Chicago, es fácil, y de gran efecto, de modo que no se puede pedir más a un juego de manos.
Completan el capítulo las técnicas explicadas antes mencionadas y un par de efectos más de menor categoría.
Grandes trucos: Con este ambicioso título, el segundo capítulo contiene, todo hay que decirlo, varias rutinas de lo más interesante. Además de la hoy famosa «Carta ascendente improvisada», destaca sin duda «Tres millones de probabilidades», con dos barajas de distinto dorso. Presentación inteligente para un triple efecto de gran impacto. Este sí es el Frank García que pasó a la historia! Otras rutinas no dejan de ser efectivas: «Cambio embrujado» sin ir más lejos es uno de los efectos que realiza David Blaine repetidas veces en uno de sus especiales (transposición de dos cartas, con una duplicada). «La moneda detective», en que es necesaria una moneda, que se puede utilizar un dólar, cien pesetas o incluso un euro!!! No sabemos aún qué tamaño tendrán los euros, pero desde luego es la primera vez que veo una referencia a los euros en un libro de magia. Marré siempre a la última!
Cinco movimientos para la carta ambiciosa: Como imaginarás, en este capítulo se describen precisamente eso, cinco movimientos para la carta ambiciosa. No se describe una rutina completa, sino cinco movimientos interesantes. El último, el mejor, sin duda, a pesar de que el tema de la carta ambiciosa sea tan recurrente que todo tenga un sabor a conocido…
Efectos con los cuatro ases: En este capítulo los ases son los protagonistas. Varias rutinas de deletreos, aunque destacan sin duda los TV ases: una bonita aparición de ases que Frank presentó varias veces en televisión.
Revelaciones seleccionadas: Capítulo dedicado a las revelaciones de cartas, es decir, al tema «escoge una carta, la perdemos, y la encontramos». Muy buenas ideas, como siempre, algunas ya clásicos de la cartomagia. Desde «Casi mentalismo», basado en la idea del un paso por delante, hasta «Clarividencia», basado en una excelente idea, pero desde luego arriesgada: desde una baraja ordenada, se adivina la carta escogida, permitiendo al espectador que incluso mezcle las cartas por arrastre. El autor, que no se calla una, afirma que él ha repetido el efecto 8 veces seguidas con la misma baraja, de modo que ocho cartas fueron escogidas, siendo por tanto mezclada la baraja también ocho veces por arrastre. El propio Marré indica por nota al pie: «Si lo dice el autor…».
«Descubrimiento imposible» es otro de los grandes clásicos de la magia: el forzaje pasando un lápiz, o simplemente el dedo, sobre la cinta de cartas extendida sobre la mesa, a cierta distancia. Un milagro, no exente de riesgo, pero de alta magia.
En «Precisión milagrosa» se utiliza de nuevo la baraja memorizada para estimar la posición de una carta. García sugiere usar una chuleta para no tener que memorizar la ordenación. En España sabemos se sobra que cada minuto empleado en memorizar la baraja vale absolutamente la pena…
Jugando al póker: Dedicado a las demostraciones de juego, en este capítulo encontramos también varios juegos de lo más efectivos. Es fabuloso el «Póker mano a mano», en el cual a base de cortes se encuentran los cuatro ases. El espectador corta también cuatro veces, y sólo logra cartas mediocres. García lo hace con cartas combadas, cuando yo diría que la carta corta es mucho más segura. Cuestión de gustos… y de valentía, claro!
También valen la pena «Póker con ventaja», de Allan Swift, y sobre todo «El Póker del Misissipi», en el cual se realiza una muy visual mezcla de cartas caras arriba y caras abajo, para repartir las jugadas al final y obtener siempre la ganadora. Muy bueno!
El capítulo lo completan otras rutinas, así como la explicación de cuatro cortes falsos a tener también en cuenta.
Consideraciones finales
Con lo dicho hasta aquí ya puedes hacerte una idea precisa sobre si puedes sacar partido al contenido de este libro. Se trata de un clásico entre los clásicos, motivo más que suficiente para adquirirlo, y sin duda más de una de las rutinas te gustará, Gracias, Ricardo!
Empresa editora, ciudad, año: Marré, produccions editorials, s.l., Barcelona, 2001.
Materia tratada: Cartomagia.
Número de páginas: 161
Idioma: Castellano, traducido del inglés por Editorial Marré.
Encuadernación: En rústica.
Explicaciones prácticas: Buenas.
Explicaciones teóricas: Escasas.
Ilustraciones: De Al Cooper, algo escasas (93).
Calidad de los efectos: Muy buena.
Claridad de las explicaciones: Buena.
Dificultad: Media.
Utilidad: Media-alta.
Valoración global: Una fuente de ideas a tener en consideración.
Articulo escrito por slydini en el foro Magia Potagia
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