EL LIBRO DE LAS MARAVILLAS VOL. I
EDITORIAL: Editorial Páginas, Madrid, 2002.
PÁGINAS: 367
ISBN: 978-84-89749-32-0 // 84-89749-32-9

El Libro de las Maravillas no se llama así porque sí. Se llama de este modo simplemente porque es de verdad una maravilla, y ningún otro nombre habría podido describirlo mejor. Se trata del primer volumen de los dos que fueron editados en 1996 en los USA, de la mano de Stephen Minch, el creador de la editorial Hermetic Press, causando auténtica sensación. Y es que se nota la mano maestra de un escritor profesional de magia en cuanto abres la tapa de este libro… pero vayamos por partes.
Sobre Tommy Wonder
Este mago holandés no es un desconocido para los aficionados españoles. Nos ha visitado varias veces, dando conferencias diversas. Lo hemos visto varias veces también en televisión, en concreto en los Chantatachanes de Tamariz en los noventa. Ha ganado varios premios, entre ellos el segundo de micromagia en el FISM de 1979, el segundo de magia general en el de 1988, y la Academia de las Artes Mágicas de Hollywood le otorgó en 1998 el «Performer Fellowship Award», premio que por cierto nunca he sabido exactamente en qué consiste pero que por lo visto es bastante importante.
Es considerado como un maestro de la misdirection (o, mejor dicho, de la «dirección») a todos los niveles, y la lectura de este libro convence sin vaguedades. Verlo en vivo, más que convencer, abruma. Es famoso por sus cubiletes, por su carta en la cajita, por su número de magia clásica. Su sensibilidad y su amor por la magia se palpan en cada uno de sus juegos. Su afán de perfeccionismo no tiene igual.
Sobre el libro
Ya hemos dicho que se trata de un libro coescrito junto con Stephen Minch, que siempre fue un experto escribiendo sobre magia, un modelo de claridad y de buen hacer. Existe un segundo volumen, pendiente de traducción, pero confiamos en los esfuerzos de Laura Avilés para traérnoslo pronto también. Sin embargo, ambos volúmenes forman en conjunto una misma obra: fueron publicados simultáneamente en los USA, y en uno se hacen continuas referencias al otro y viceversa, de manera que se pueden considerar como una unidad.
Es cierto que en su versión original muchos de los efectos ya habían sido publicados en diversas revistas y demás, pero sin embargo para nosotros la edición actual supone una auténtica revelación, máxime cuando ha sido traducido por el inigualable Luis Alberto Iglesias, que ha realizado una vez más una inmejorable labor.
Su contenido se divide en cinco capítulos, cada uno de los cuales contiene diferentes secciones claramente diferenciadas. Y la verdad es que el libro mezcla con total libertad las secciones teóricas de las prácticas, sin ningún tipo de orden preestablecido. Las partes teóricas son, realmente, muy numerosas, pero están escritas con tal claridad y con tal acierto que su lectura, en lugar de resultar farragosa y pesada, se convierte en un auténtico placer.
El profundo conocimiento del arte de la magia se nota, por tanto, en los capítulos teóricos, pero también en gran medida en los prácticos, cuando explica el por qué de cada movimiento, de cada acción, de cada palabra. Y también cómo ha evolucionado el efecto desde su concepción hasta su versión definitiva, dónde radica su fuerza mágica, los puntos importantes de la construcción de cada rutina, etcétera. Cada juego tiene una vida interior propia, una lógica interna que le da pleno sentido.
Y lo mejor de todo es que digo todo esto sabiendo que la mayor parte de los juegos descritos no los realizaré nunca. El motivo es sencillo: muchos de ellos requieren emplear aparatos especiales, fabricados expresamente para el efecto en cuestión, de manera que si no eres aficionado a los aparatitos mágicos quizás tampoco a ti te convencerán. Y sin embargo no te engañes! Vas a aprender muchísima más magia de la mejor calidad con este libro que es, por así que decirlo, «poco práctico», que con el libro más práctico del mercado. Si el libro de Aldo Colombini es práctico, te aseguro que hay más magia en la portada del libro de Wonder que en todo el tomo de Colombini, así que…
Ya hemos dicho que El libro de las Maravillas se divide en cinco capítulos, precedidos por una introducción de Max Maven. Vamos a repasarlos rápidamente…
Capítulo uno: Mecanismos para captar la atención
Este primer capítulo es puramente teórico. Bueno, rectifico: no explica ningún juego, pero en realidad teórico no es en absoluto, porque todo lo que enseña es inmediatamente aplicable a la práctica. Da interesantísimas ideas sobre el arte de dirigir la atención de los espectadores (más que misdirigir, hay que dirigir), pero abarca otras cuestiones esenciales como es la relación con el público, haciendo especial hincapié en los casos de espectadores conflictivos.
Capítulo dos: Los fabulosos viajes del Señor Pip
Este segundo capítulo ya combina aspectos teóricos y prácticos con fluidez. Empieza con esa maravilla, demostración palpable de que la dirección de la atención es un arte que se puede trabajar casi de manera aislada. Es magnífica también la justificación del forzaje por hojeo. Así deberíamos estudiar toda la magia!
Continúa una efectiva versión de la carta a través del pañuelo, así como con una predicción de carta nombrada tal vez menos limpia de lo que sería deseable (sin duda se impone usar la mnemónica para encontrar la carta).
Visto y no visto es una evolucionada versión del clásico En todas partes y en ninguna, que emplea Wonder para analizar los efectos con fallo aparente.
A continuación, unos pases para la carta rota de Paul Harris (que por cierto no explica completa), y un análisis de la baraja cobra, en la que la baraja se mueve sola sobre la palma de la mano dejando al descubierto la carta escogida.
Y con los juegos siguientes ya entramos en el ámbito de los efectos con aparatitos. Realmente, como efectos de magia, son de una originalidad extrema, pero tienen el inconveniente de requerir artefactos extraños. Imagino que Wonder debía vender estos aparatitos en sus conferencias, junto con las notas, y me parece muy bien. Sin embargo, dentro de un libro de magia la cosa ya cambia. Y es cierto que aporta absolutamente toda la información necesaria para construirlos uno mismo, pero el esfuerzo adicional que exige es más que considerable.
En La Venganza del Carpintero una carta «libremente forzada» es atravesada por un lápiz sin dañarla (habiéndola metido previamente en una funda algo curiosa). Es gracioso como Wonder añade «como ya habrás adivinado, el efecto es posible gracias a la funda, que no es tan inocente como aparenta. De hecho, es ella la que hace todo, casi convirtiendo el efecto en automático. Si lo hubiese sabido cuando lo inventé, la hubiera vendido a Tenyo para que la fabricase en plástico y así pagar mi matrícula anual en la escuela de Arte Dramático».
En La carta de Rubik se enseña una cajita con doce dados, cada uno de ellos con símbolos diversos de Picas, Corazones, Diamantes y Tréboles. La figura de una carta, de nuevo «escogida libremente», aparece formada en las caras de los dados, que se han ordenado misteriosamente. No se puede dar nada a examinar (bueno, la carta sí…).
En El Estuche Menguante explica precisamente eso, un efecto de estuche menguante, con dos versiones distintas, y Los puntos que se caen, son una versión original en la que los puntos de las cartas se mueven de sitio, al golpear la baraja contra la mesa. Asegura Wonder (y desde luego no tengo motivos para no creerle), que la idea original de este efecto es suya, aunque luego han salido otras muchas versiones, la más famosa de las cuales es quizás el Presto Printo de Daryl. La cuestión es, de nuevo, que fabricarse uno mismo estas cartas para que parezcan reales de verdad no es en absoluto tarea fácil.
En Ambi-Tilt, en cambio, explica diversos pases de carta ambiciosa utilizando el tilt. Siendo Wonder quien lo explica, como te imaginarás, no tiene desperdicio para usar esta magnífica técnica.
Seguidamente, la explicación de Plegado en dos segundos: una manera de doblar una carta en ocho (lo más habitual es sólocuatro), de una manera rápida y eficaz. Me encanta cómo analiza la manera de ensayar este pase: «El procedimiento no es difícil, y unos cuantos intentos bastarán para que lo aprendas. Sin embargo, obtener la velocidad y precisión deseables te costará tiempo y al menos cincuenta barajas de cartas. Seguro que tienes un cajón lleno de barajas viejas en alguna parte, aunque quizá no lleguen a cincuenta. No valdrá de mucho que termines con todas esas cartas, ya que cuando se te acaben dejarás de practicar. Probablemente te digas a ti mismo que vas a conseguir más para acabar de aprender la técnica, pero nunca lo harás. Alguna otra técnica nueva que hayas leído se cruzará en el camino y te pondrás a aprenderla. Habrás invertido varias horas y malgastado montones de cartas para aprender el pase sólo a medias. Así que deja que te dé un consejo: sal a la calle y compra cincuenta barajas de alguna marca con la que jamás se te ocurriría actuar en público. Esta inversión será motivación suficiente para que te sientes a doblar todas esas cartas tan horribles. Pon algo de música o enciende el televisor, coloca una papelera grande junto a ti para tirar las cartas dobladas, y empieza a practicar. Unas cuantas horas y cincuenta barajas más tarde, serás capaz de realizar el plegado a la perfección».
Más juegos explicados: La carta en la cajita, estupenda versión de Wonder del maravilloso juego que popularizó Fred Kaps. Apresión, un rápido efecto en el que introduces una baraja normal en un estuche pequeño (y como siempre, no se puede dar nada a examinar), aunque realmente es un efecto que logra demostrar que la magia cómica también puede ser fuerte.
Finalmente, explica Tommy el Wonder-Reverse, una variante de la famosa técnica de Larry Jennings, bastante interesante, con una rutina muy buena.
Los anteriores efectos, como hemos mencionado antes, se intercalan con diversas secciones teóricas, que tratan temas variados, todos ellos del máximo interés. Así nos da valiosísimos consejos para inventar efectos, para presentar efectos con fallos aparentes, para hacer cuentas falsas con el ritmo adecuado, para controlar adecuadamente las emociones, etcétera. Es un auténtico placer la lectura de estos pasajes: te ruego encarecidísimamente que no te los saltes!
Me encanta Wonder, por ejemplo, cuando dice «Sospecho que bastantes magos hacen magia como una forma de terapia. Debido a su complejo de inferioridad, si se le puede llamar así, la utilizan como mecanismo de compensación. La magia les permite hacer cosas que los espectadores no pueden. Supongo que a este tipo de mago le gustan especialmente los «efectos para idiotas» (sucker effects) en los que el público cree haber descubierto el truco y se da cuenta al final de que ha caído en la gloriosa trampa del mago…».
Otro pasaje: «Un mago que continuamente mira las caras de sus espectadores para ver si lo que está haciendo goza de aceptación, da la impresión de que no tiene mucha confianza en su trabajo. No importa si confías o no en tu material. Parecerá que buscas confirmación en sus caras, y un mago que confía en su magia no necesita mirar a los espectadores para ver si sus efectos gustan».
Y otro: «Luchar por ser diferente es una guerra perdida de antemano, el camino seguro hacia el fracaso. Solamente siendo tú mismo llegarás a ser realmente original, realmente innovador. Esforzarte por distinguirte de la magia y de los magos que ya conoces acabará por ser una losa que te impedirá llegar a ser aquello que puedes ser: ¡tú mismo! La idea por la que debes guiarte no debe ser intentar ser diferente, sino ser tú mismo. Ser diferente es su inevitable consecuencia».
En realidad, no pararía nunca, porque el libro completo es una colección de agudísimas reflexiones como las anteriores. Te recomiendo de verdad que las leas, que no te decepcionarán!
Capítulo tres: La carta domada
El tercer capítulo está casi íntegramente dedicado a explicar la versión Wonder de la famosa Wild card, creado por Frank García. Se realiza, eso sí, con cartas trucadas, enceradas, recortadas y qué se yo, pero la construcción de la rutina y su desarrollo es ejemplar.
Comentarios adicionales sobre el forzaje de cartas, el ritmo de las sesiones y demás completan el capíutulo.
Capítulo cuatro: En bandeja de plata
Este capítulo está dedicado a la magia con monedas, intercalando como siempre efectos y teoría. En Viaje de ida y vuelta con interludio, se explica una rutina de cuatro fases realizada con caja tipo Boston, con viajes varios de monedas, y una versión micro del famoso interlude.
Wonder también ofrece un interesante Manejo para el Cigarrillo a través de la Moneda, especialmente en lo que se refiere a los cambios necesarios de moneda normal por moneda trucada.
En Monedas Camaleón… ¡Falsas! se explica una rutina en la que dos monedas plateadas se transforman, al frotarlas, en monedas de cobre. Finalmente, termina el capítulo con varios artículos teóricos, analizando con detalle situaciones en las que un espectador asegura haber descubierto un truco, así como el valor de los efectos considerados «simples».
Capítulo cinco: Encuentros en grupo
En el último capítulo se explican rutinas de lo más variado: un efecto con un papel de seda roto que se convierte en un globo con forma de conejo; los viajes de tres cartas escogidas a una pitillera (convenientemente trucada), y a un cigarrillo; una variante del clásico vaso hidrostático; un manejo para el efecto de los anillos que se enlazan (empleando un anillo trucado tipo Himber), y finalmente El anillo, el Reloj y la Cartera, en el cual el mago, explicando un reciente robo que había sufrido, se quita un anillo, el reloj y la cartera, que mete en un sobre, y que desaparecen de repente para volver a sus lugares originales. Es necesario para realizarlo, sin embargo, un tiraje especial, así como una arnés, de manera que no puede decirse que se trate del efecto más práctico del mundo, aunque sin duda la magia que conlleva merece todos los esfuerzos.
El libro acaba con un comentario sobre el uso de aparatos en la magia, y con un epílogo sobre el aprendizaje de la magia y sobre la relación del mago con el público…
Se trata, en definitiva, de más de 360 páginas de texto seguido, con pocas ilustraciones. Y sin embargo te aseguro que cuando las acabas te quedas con ganas de más, esperando como agüita de mayo el segundo tomo.
Conclusiones
Puedes creer al marcianito si te digo que se trata de uno de los mejores libros de magia jamás escritos. Hay tanto que aprender de este libro que nunca se termina de estudiar a fondo…. pero qué ocurre? Has leído hasta aquí y todavía no has corrido a comprarlo? A qué esperas?
Empresa editora, ciudad, año: Editorial Páginas, Madrid, 2002.
Materia tratada: Cartomagia, Micromagia, Teoría Mágica.
Número de páginas: 367.
Idioma:Castellano, traducido del inglés por Luis Alberto Iglesias.
Encuadenación: Cartoné.
Explicaciones prácticas: Inmejorables.
Explicaciones teóricas: Inmejorables.
Ilustraciones: Dibujos, no muy numerosos, pero suficientes.
Calidad de los efectos: Muy buenos y excelentes.
Claridad de las explicaciones: Inmejorable.
Dificultad técnica: Media-Alta.
Utilidad:Alta.
Valoración global: Imprescindible.
Comentario realizado por Slydini extraído del foro Magia Potagia
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